EL SIGLO XVIII
1- LA ILUSTRACIÓN
2- LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA
2.1- Explica en qué consistió el cambio dinástico que se produjo en España
tras la muerte de Carlos II
2.3- ¿Qué repercusiones tuvo el motín de Esquilache en el reinado de Carlos
III?
2.4- ¿Qué repercusiones tuvo la Revolución Francesa en el reinado de Carlos
IV?
2.5- ¿Cuándo se produjo la invasión francesa y qué tuvieron que hacer los
Borbones?
3- EL ENSAYO
3.1- Fray
Benito Jerónimo Feijoo
3.1.1-
Fechas de nacimiento y muerte
3.1.2-
Títulos de sus obras
3.1.3-
¿Qué pretendía conseguir con sus ensayos?
3.2- José de
Cadalso
3.2.1-
Fechas de nacimiento y muerte
3.2.2- Explica de qué iban Las
Cartas Marruecas, entre quiénes de las escribían, y cuál es su relación con
lo que ya sabes que fue la Ilustración
- A continuación tienes algunas cartas. Léelas y contesta a las siguientes preguntas:
1- ¿Para qué se queda en España Gazel?
2- ¿Por qué decide no viajar por España en la corte del embajador marroquí?
3- ¿Quiénes son Nuño Núñez y Ben Belay?
Gazel a Ben-Beley
He logrado quedarme en España después
del regreso de nuestro embajador, como lo deseaba muchos días ha, y te lo
escribí varias veces durante su mansión en Madrid. Mi ánimo era viajar con
utilidad, y este objeto no puede siempre lograrse en la comitiva de los grandes
señores, particularmente asiáticos y africanos. Éstos no ven, digámoslo así,
sino la superficie de la tierra por donde pasan; su fausto, los ningunos
antecedentes por donde indagar las cosas dignas de conocerse, el número de sus
criados, la ignorancia de las lenguas, lo sospechosos que deben ser en los
países por donde caminan, y otros motivos, les impiden muchos medios que se
ofrecen al particular que viaja con menos nota.
Me hallo vestido como
estos cristianos, introducido en muchas de sus casas, poseyendo su idioma, y en
amistad muy estrecha con un cristiano llamado Nuño Núñez, que es hombre que ha
pasado por muchas vicisitudes de la suerte, carreras y métodos de vida. Se
halla ahora separado del mundo y, según su expresión, encarcelado dentro de sí
mismo. En su compañía se me pasan con gusto las horas, porque procura
instruirme en todo lo que pregunto; y lo hace con tanta sinceridad, que algunas
veces me dice: «De eso no entiendo»; y otras: «De eso no quiero entender». Con
estas proporciones hago ánimo de examinar no sólo la corte, sino todas las
provincias de la Península. Observaré las costumbres de este pueblo, notando
las que le son comunes con las de otros países de Europa, y las que le son
peculiares. Procuraré despojarme de muchas preocupaciones que tenemos los moros
contra los cristianos, y particularmente contra los españoles. Notaré todo lo
que me sorprenda, para tratar de ello con Nuño y después participártelo con el
juicio que sobre ello haya formado.
Con esto respondo a las
muchas que me has escrito pidiéndome noticias del país en que me hallo. Hasta
entonces no será tanta mi imprudencia que me ponga a hablar de lo que no
entiendo, como lo sería decirte muchas cosas de un reino que hasta ahora todo
es enigma para mí, aunque me sería esto muy fácil: sólo con notar cuatro o
cinco costumbres extrañas, cuyo origen no me tomaría el trabajo de indagar,
ponerlas en estilo suelto y jocoso, añadir algunas reflexiones satíricas y
soltar la pluma con la misma ligereza que la tomé, completaría mi obra, como
otros muchos lo han hecho.
Pero tú me enseñaste, oh
mi venerado maestro, tú me enseñaste a amar la verdad. Me dijiste mil veces que
faltar a ella es delito aun en las materias frívolas. Era entonces mi corazón
tan tierno, y tu voz tan eficaz cuando me imprimiste en él esta máxima, que no
la borrará la sucesión de los tiempos.
Alá te conserve una vejez
sana y alegre, fruto de una juventud sobria y contenida, y desde África
prosigue enviándome a Europa las saludables advertencias que acostumbras. La
voz de la virtud cruza los mares, frustra las distancias y penetra el mundo con
más excelencia que la luz del sol, pues esta última cede parte de su imperio a
las tinieblas de la noche, y aquélla no se oscurece en tiempo alguno. ¿Qué será
de mí en un país más ameno que el mío, y más libre, si no me sigue la idea de
tu presencia, representada en tus consejos? Ésta será una sombra que me seguirá
en medio del encanto de Europa; una especie de espíritu tutelar que me sacará
de la orilla del precipicio; o como el trueno, cuyo estrépito y estruendo
detiene la mano que iba a cometer el delito.
1- ¿Por qué es tan mala la situación de las ciencias en España?
Carta VI
Del mismo al mismo
El atraso de las ciencias en España en este
siglo, ¿quién puede dudar que procede de la falta de protección que hallan sus
profesores? Hay cochero en Madrid que gana trescientos pesos duros, y cocinero
que funda mayorazgos; pero no hay quien no sepa que se ha de morir de hambre
como se entregue a las ciencias, exceptuadas las de pane lucrando que son las únicas que dan de comer.
Los pocos que cultivan las
otras, son como aventureros voluntarios de los ejércitos, que no llevan paga y
se exponen más. Es un gusto oírles hablar de matemáticas, física moderna,
historia natural, derecho de gentes, y antigüedades, y letras humanas, a veces
con más recato que si hiciesen moneda falsa. Viven en la oscuridad y mueren
como vivieron, tenidos por sabios superficiales en el concepto de los que saben
poner setenta y siete silogismos seguidos sobre si los cielos son fluidos o
sólidos.
Hablando pocos días ha con un sabio
escolástico de los más condecorados en su carrera, le oí esta expresión, con
motivo de haberse nombrado en la conversación a un sujeto excelente en
matemáticas: «Sí, en su país se aplican muchos a esas cosillas, como
matemáticas, lenguas orientales, física, derecho de gentes y otras semejantes».
Pero yo te aseguro, Ben-Beley, que si señalasen
premios para los profesores, premios de honor, o de interés, o de ambos, ¿qué
progresos no harían? Si hubiese siquiera quien los protegiese, se esmerarían
sin más estímulo; pero no hay protectores.
1- ¿Por qué se extraña Gazel de que los españoles no entendamos la poligamia?
Carta X
La poligamia entre nosotros está no sólo
autorizada por el gobierno, sino mandada expresamente por la religión. Entre
estos europeos, la religión la prohíbe y la tolera la pública costumbre. Esto
te parecerá extraño; no me lo pareció menos, pero me confirma en que es verdad,
no sólo la vista, pues ésta suele engañarnos por la apariencia de las cosas,
sino la conversación de una noble cristiana, con quien concurrí el otro día a
una casa. La sala estaba llena de gentes, todas pendientes del labio de un
joven de veinte años, que había usurpado con inexplicable dominio la atención
del concurso. Si la rapidez de estilo, volubilidad de la lengua, torrente de
voces, movimiento continuo de un cuerpo airoso y gestos majestuosos formasen un
orador perfecto, ninguno puede serlo tanto. Hablaba un idioma particular;
particular, digo, porque aunque todas las voces eran castellanas, no lo eran
las frases. Tratábase de las mujeres, y se reducía el objeto de su arenga a
ostentar un sumo desprecio hacia aquel sexo. Cansose mucho, después de
cansarnos a todos; sacó el reloj y dijo: «Esta es la hora»; y de un brinco se
puso fuera del cuarto. Quedamos libres de aquel tirano de la conversación, y
empezamos a gozar del beneficio del habla, que yo pensé disfrutar por derecho
de naturaleza hasta que la experiencia me enseñó que no había tal libertad. Así
como al acabarse la tempestad vuelven los pajaritos al canto que le interrumpieron
los truenos, así nos volvimos a hablar los unos a los otros; y yo como más
impaciente, pregunté a la mujer más inmediata a mi silla: «¿Qué hombre es
éste?».
-¿Qué quieres, Gazel, qué
quieres que te diga? -respondió ella con la cara llena de un afecto entre
vergüenza y dolor-. Ésta es una casta nueva entre nosotros; una provincia
nuevamente descubierta en la península; o, por mejor decir, una nación de
bárbaros que hacen en España una invasión peligrosa, si no se atajan sus
primeros sucesos. Bástete saber que la época de su venida es reciente, aunque
es pasmosa la rapidez de su conquista y la duración de su dominio. Hasta
entonces las mujeres, un poco más sujetas en el trato, estaban colocadas más
altas en la estimación; viejos, mozos y niños nos miraban con respeto; ahora
nos tratan con despejo. Éramos entonces como los dioses Penates que los
gentiles guardaban encerrados dentro de sus casas, pero con suma veneración;
ahora somos como el dios Término, que no se guardaba con puertas ni cerrojos, pero
quedaba expuesto a la irreverencia de los hombres, y aun de los brutos.
Según lo que te digo, y
otro tanto que te callo me dijo la cristiana, podrás inferir que los musulmanes
no tratamos peor a la hermosa mitad del género humano; por lo que he ido viendo,
saco la misma consecuencia, y me confirmo mucho más en ella con lo que oí pocos
días ha a un mozo militar, sin duda hermano del que acabo de retratar en esta
carta. Preguntome cuántas mujeres componían mi serrallo. Respondíle que en
vista de la tal cual altura en que me veo, y atendida mi decencia precisa,
había procurado siempre mantenerme con alguna ostentación; y que así, entre
muchas cuyos nombres apenas sé, tengo doce blancas y seis negras. -Pues, amigo
-dijo el mozo-, yo, sin ser moro ni tener serrallo, ni aguantar los quebraderos
de cabeza que acarrea el gobierno de tantas hembras, puedo jurarte que entre
las que me llevo de asalto, las que desean capitular, y las que se me entregan
sin aguantar sitio, salgo a otras tantas por día como tú tienes por toda tu
vida entera y verdadera-. Calló y aplaudiose a sí mismo con una risita, a mi
ver poco oportuna.
Ahora, amigo Ben-Beley, 18
mujeres por día en los 365 del año de estos cristianos, son 6.570 conquistas
las de este Hernán Cortés del género femenino; y contando con que este héroe
gaste solamente desde los 17 años de su edad hasta los 33 en semejantes
hazañas, tenemos que asciende el total de sus prisioneras en los 17 años útiles
de su vida a la suma y cantidad de 111.690, salvo yerro de cuenta; y echando un
cálculo prudencial de las que podrá encadenar en lo restante de su vida con
menos osadía que en los años de armas tomar, añadiendo las que corresponden a
los días que hay de pico sobre los 365 de los años regulares en los que ellos
llaman bisiestos, puedo decir que resulta que la suma total llega al pie de
150.000, número pasmoso de que no puede jactarse ninguna serie entera de
emperadores turcos o persas.
De esto conjeturarás ser
muy grande la relajación en las costumbres; lo es sin duda, pero no total. Aún
abundan matronas dignas de respeto, incapaces de admitir yugo tan duro como
ignominioso; y su ejemplo detiene a otras en la orilla misma del precipicio.
Las débiles aún conservan el conocimiento de su misma flaqueza y profesan
respeto a la fortaleza de las otras. Y desde la inmediación del trono sale un
resplandor de virtud, que alumbra como sol a las buenas y castiga como rayo a
las malas. Hace muchos años que las joyas más preciosas de la corona son las
virtudes de quien las lleva; y la mano ocupada en el cetro detiene la rienda al
vicio, que correría desenfrenado si no le sujetara fuerza tan invencible.
1- ¿Qué es para Nuño la nobleza hereditaria? ¿Crees que está a favor o en contra? ¿Por qué?
Carta XII
En Marruecos no tenemos
idea de lo que por acá se llama nobleza hereditaria, con que no me entenderías
si te dijera que en España no sólo hay familias nobles, sino provincias que lo
son por heredad. Yo mismo que lo estoy presenciando no lo comprendo. Te pondré
un ejemplo práctico, y lo entenderás menos, como sucede; y si no, lee:
Pocos días ha, pregunté si
estaba el coche pronto, pues mi amigo Nuño estaba malo y yo quería visitarle.
Me dijeron que no. Al cabo de media hora, hice igual pregunta, y hallé igual
respuesta. Pasada otra media, pregunté, y me respondieron lo propio, y de allí
a poco me dijeron que el coche estaba puesto, pero que el cochero estaba
ocupado. Indagué la ocupación al bajar las escaleras, y él mismo me desengañó,
saliéndome al encuentro y diciéndome: -Aunque soy cochero, soy noble. Han
venido unos vasallos míos y me han querido besar la mano para llevar este
consuelo a sus casas; con que por eso me he detenido, pero ya despaché. ¿Adónde
vamos? Y al decir esto, montó en la mula y arrimó el coche.
Del mismo al mismo
Instando a mi amigo
cristiano a que me explicase qué es nobleza hereditaria, después de decirme mil
cosas que yo no entendí, mostrarme estampas que me parecieron de mágica, y
figuras que tuve por capricho de algún pintor demente, y después de reírse
conmigo de muchas cosas que decía ser muy respetables en el mundo, concluyó con
estas voces, interrumpidas con otras tantas carcajadas de risa: «Nobleza
hereditaria es la vanidad que yo fundo en que, ochocientos años antes de mi
nacimiento, muriese uno que se llamó como yo me llamo, y fue hombre de
provecho, aunque yo sea inútil para todo».
1- ¿Qué opina Nuño de los pol´ticos?¿te parece una reflexión actual?
Carta LI
De Gazel a Ben-Beley
Una de las palabras cuya
explicación ocupa más lugar en el diccionario de mi amigo Nuño es la voz política,
y su adjetivo derivado político. Quiero copiarte todo el párrafo; dice
así:
«Política viene de
la voz griega que significa ciudad, de donde se infiere que su verdadero
sentido es la ciencia de gobernar los pueblos, y que los políticos son
aquellos que están en semejantes encargos o, por lo menos, en carrera de llegar
a estar en ellos. En este supuesto, aquí acabaría este artículo, pues venero su
carácter; pero han usurpado este nombre estos sujetos que se hallan muy lejos
de verse en tal situación ni merecer tal respeto. Y de la corrupción de esta
palabra mal apropiada a estas gentes nace la precisión de extenderme más.
»Políticos de esta segunda
especie son unos hombres que de noche no sueñan y de día no piensan sino en
hacer fortuna por cuantos medios se ofrezcan.

1- ¿Qué opinión tiene Nuño sobre el ser humano?
Carta LIII
De Gazel a Ben-Beley
Ayer estábamos Nuño y yo
al balcón de mi posada viendo a un niño jugar con una caña adornada de cintas y
papel dorado.
-¡Feliz edad -exclamé yo-,
en que aún no conoce el corazón las penas verdaderas y falsos gustos de la
vida! ¿Qué le importan a este niño los grandes negocios del mundo? ¿Qué daño le
pueden ocasionar los malvados? ¿Qué impresión pueden hacer las mudanzas de la
suerte próspera o adversa en su tierno corazón? Los caprichos de la fortuna le
son indiferentes. ¡Dichoso el hombre si fuera siempre niño!
-Te equivocas -me dijo
Nuño-. Si se le rompe esa caña con que juega; si otro compañero se la quita; si
su madre le regaña porque se divierte con ella, le verás tan afligido como un
general con la pérdida de la batalla, o un ministro en su caída. Créeme, Gazel,
la miseria humana se proporciona a la edad de los hombres; va mudando de
especie conforme el cuerpo va pasando por edades, pero el hombre es mísero
desde la cuna al sepulcro.
4- EL TEATRO
4.1- ¿Qué reglas respetaba el teatro ilustrado?
4.2- ¿Cuál era
la finalidad del teatro para los ilustrados?
4.3- ¿Quién
fue el autor teatral español más importante? Indica algunas de sus obras y
explica los temas de la más importante
















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